Punto y seguido

Estoy volviendo. Hace dos meses que no escribía en el blog. No nos hemos ido de vacaciones...ha sido un verano largo, raro y complicado. Triste. Uno nunca está preparado para las despedidas y mucho menos para la ausencia que viene después. Si la persona que se marcha ha estado contigo desde siempre es muy duro. A principios de agosto mi padre se fue aunque los que habéis pasado por esto sabéis que en realidad no se van. No sabía si contarlo o no contarlo pero se me hacía raro haber desaparecido y volver como si nada. Muchas veces nos cuesta separar lo personal de lo profesional y aunque este es el blog de la tienda ya os lo he dicho alguna vez, muchos de los que estáis al otro lado ya sois amigos y todos formáis parte de esta historia. Aprovecho para daros las gracias por tantísimo cariño como hemos recibido, por las llamadas, los mensajes, las visitas...GRACIAS.

Llevo tres semanas intentando volver a la normalidad y aunque hay ratos en los que es muy, muy difícil es lo mejor. Volver al trabajo ayuda. Y si tienes un trabajo como este, más todavía.¡Ya voy mamá! es un sitio para la alegría. Mi padre me enseñó la alegría de vivir y lo importante que es disfrutar con lo que uno hace. No sé si estará en mis genes pero seguramente de él heredé el espíritu empresarial, que acabó imponiéndose a la vocación científica, y el gusto por un trabajo en que compartes tanto con la gente. Fue la persona que me abrió los ojos a la música, al cine, a la historia, a la pintura...cuando era muy pequeñita. Me contagió el entusiasmo por aprender y me hizo una persona curiosa. Sin saberlo me estaba haciendo una niña ¡Ya voy mamá!.

Esta es mi forma de poner el punto y seguido en el blog. La vida sigue, llega septiembre y se está acabando un verano que siempre será el verano en que me hice “mayor”.