lunes, 4 de febrero de 2013
Mamá, quiero ser dadaísta
Coja un periódico
Coja unas tijeras
Escoja en el periódico un artículo de la longitud que cuenta darle a su poema
Recorte el artículo
Recorte en seguida con cuidado cada una de las palabras que forman el articulo y métalas en una bolsa
Agítela suavemente
Ahora saque cada recorte uno tras otro
Copie concienzudamente
en el orden en que hayan salido de la bolsa
El poema se parecerá a usted
Y es usted un escritor infinitamente original y de una sensibilidad hechizante, aunque incomprendido del vulgo.
(Tristan Tzara,Siete manifiestos dadá, «Dadá manifiesto sobre el amor débil y el amor amargo»)
¿Quién se atreve a hacer su poema dadaísta?. Este sábado 9 febrero vamos a convertir ¡Ya voy mamá! en el Cabaret Voltaire y vamos a seguir los consejos de Tristan Tzara, para que,periódico y tijera en mano, cada niño escriba su propio poema dadaísta. El Cabaret Voltaire fue fundado en Zúrich en 1916 por el poeta alemán Hugo Ball y su compañera Emma Hennings, trasladados en plena primera guerra mundial a esta ciudad de la neutral Suiza. Ella era bailarina, cantante y pianista por lo que pensaron que podrían ganarse la vida transformando un antiguo cabaret en café literario. El lugar fue rebautizado como Cabaret Voltaire y se le considera sede del primer grupo dadaísta. Al poco tiempo se unirían a ellos el poeta, pintor y escultor Hans Arp y el artista rumano Tristan Tzara, quien formularía allí sus primeros manifiestos del dadaísmo. Juntos desarrollaron una serie de actividades en el Cabaret que se divulgaron por su carácter provocador. El cabaret se convirtió en lugar de reunión de poetas y pintores que buscaban otros horizontes artísticos y experimentar con nuevas tendencias. Veladas poéticas, exposiciones, teatro, música...todo tenía cabida en el Cabaret Voltaire. Más tarde también frecuentarían el local artistas provenientes de América como Marcel Duchamp, Francis Picabia y Man Ray, y pasarían por allí Kandinsky, Paul Klee y Giorgio de Chirico.
De nuevo pretendemos acercar a los niños al mundo del arte de una forma divertida. El dadaísmo defendía el arte libre,la espontaneidad, lo inmediato,lo no convencional, lo aleatorio, la contradicción, el "no" donde los demás dicen "sí" y el "sí" donde los demás dicen "no", defiende el caos contra el orden y la imperfección contra la perfección, la provocación... ¿Entenderán esto los niños?...¡¡¡¡ creo que mejor que nosotros!!!!.
Nos inspiraremos en los cuadros dadaístas y utilizaremos sus tipografías para hacer collages sobre los que cada niño pegará su poema Dadá. Y además entre todos haremos el poema Dadá de ¡Ya voy mamá!. Dejaremos que nuestros poetas creen a su aire, ¡para algo se convertirán en dadaístas por un día!.
¿Quién se anima?¡Va a ser muy divertido! Ya lo dijo Tzara, ¡estaremos rodeados de escritores infinitamente originales!
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