jueves, 19 de abril de 2012

Niños "mayores": ¿Qué le regalo? (Parte I)/ Muñecas

Desde hace unos días entran en la tienda preguntándonos por regalos para niños MAYORES, niños de 9-10 años, edad que todo el mundo considera "tonta" (reproduzco literalmente, ¡no lo digo yo!) y complicada cuando se trata de regalar. Además el regalo que buscan no es un regalo cualquiera, no es el regalo de cumpleaños para el amigo del cole o para el sobrino que sacó buenas notas. Es época de Primeras Comuniones y andamos a la caza y captura del regalo especial con el que acertar.

Por eso hemos pensado en hacer un recorrido por la tienda para espiar y buscar en ¡Ya voy mamá! qué podemos regalar. Como las posibilidades son muchas y los requisitos que se le piden a nuestro regalo perfecto no son siempre los mismos, vamos a dedicarnos al espionaje varios días, con propuestas diferentes que gusten a todos: A los que buscan algo clásico, a los que buscan algo para toda la vida, a los que se atreven, a los que prefieren un regalo práctico...¡qué hay regalos para todos los gustos!. Eso sí, sin perder de vista que el regalo tiene un destinatario que es un...¡NIÑO!. Niños que se están haciendo mayores pero que más allá de los gustos de cada uno siguen disfrutando del juego, de las sorpresas y de las cosas de niños. Que ya sé que el niño al que le tenéis que regalar es el más listo, el más despierto y el más tecnológico de los niños del mundo, pero seguro que por eso sabe descubrir lo que de diferente hay en nuestro regalo especial ;)

¿Empezamos? Clásico y de siempre: Muñecas. Eso sí, estas no son unas muñecas cualesquiera. Las pouppes de Moulin Roty son para comérselas. Muñecas de 28 cms, con cuerpo de tela, blanditas y gustosas y vestidas impecablemente. Una morena...


Y una rubia...


Y hasta pelirroja...


O de pelo castaño si la preferís...


Ya conocéis a Maia, a Alice, a Louise y Clarisse. Muñecas para jugar y que seguro que seguirán estando cuando los niños crezcan y de verdad sean mayores... tan mayores como yo que sigo sonriendo cada vez que me tropiezo con alguna de mis muñecas, que ahora viven escondidas en los armarios.

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